(Por Enrique Lagoutte) Y llegó el día. Nuevamente, un tren desde Plaza Constitución arribó a Tandil. Claro, éste no fue un servicio común, ya que trajo al gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, junto a autoridades provinciales, intendentes, prensa y ciudadanos que desde hace tiempo gestionaron para el retorno del servicio. Más allá de los días, horarios y tiempo del viaje, todo lógicamente perfectible con el correr del tiempo, los miedos se plantean: si este servicio, inaugurado con gran pompa (siempre y cuando no ocurra lo mismo como con el servicio aéreo) podrá continuar en el tiempo. Es más: transformarse en una vía de comunicación con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mínimo, como era antaño: buen servicio, cumplimiento de horarios, etc.
Lamentablemente (y perdonen mi escepticismo), veremos y creeremos. No sea que la situación política actual de los camioneros (en verdad, con su líder de enfrentamiento) con el Gobierno Nacional sea, en el hoy, un motorizador del servicio ferroviario, algo que nunca deberíamos haber permitido los argentinos: semejante desmantelamiento. Pero en el mañana, por esa cuestión de que la política es el arte de lo posible, limen asperezas el líder de camioneros y el Gobierno. Entonces... Chau tren.-
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